Escuela

ESCUELA «LA DINAMO»

La compañía “La Rueda Teatro Social” abre este espacio dirigido al aprendizaje y la experimentación del Teatro Social. Un teatro alejado de los viejos escenarios y de su valor mercantilista que pretende convertirse en una poderosa herramienta de transformación social al democratizar la relación entre las artes escéncias y la ciudadanía. El Teatro Social abarca ya un amplio abanico de técnicas y experiencias tales como el Teatro Foro, T. Comunitario, T. del Oprimido, T. Encuentro, T. Imagen, etc. para su aplicación en campos tan diversos como la educación, la arteterapia, la resolución de conflictos, la facilitación de grupos, la intervención social o el activismo político. Esta escuela pretende mostrar las principales técnicas de Teatro Social desde una perspectiva participativa, para el empoderamiento y promoción de las personas, colectivos y comunidades.

El proyecto nace en colaboración con la sala «La Corsetería» del barrio de Lavapiés de Madrid. Dicha sala es la sede del «Nuevo Teatro Fronterizo» del director y dramaturgo José Sanchís Sinisterra.

El Nuevo Teatro Fronterizo es un proyecto de investigación teatral que dirige su atención hacia el interior mismo del hecho teatral, y también hacia fuera de sus fron­teras. Mirada interior con el objetivo de ser un laboratorio de investigación y reflexión para profesionales del teatro: actores, directores y dramaturgos fundamentalmente. Y mirada hacia el exterior para mezclarse con otros campos del saber (la ciencia, la fi­losofía, el arte), para traspasar las fronteras del teatro hecho aquí y mezclarse con las tendencias y planteamientos de otras latitudes, y para salir del teatro e involucrarse con la sociedad en que se inscribe.

¿Qué entendemos por Teatro Social?

¿Por qué hablar de Teatro Social? ¿Acaso no todo el teatro es social per se? Con este término deseamos diferenciarnos de una mirada más clásica sobre el teatro, porque creemos que este es, en su esencia, mucho más transformador de lo que normalmente llega a ser. Por Teatro Social se ha entendido siempre obras con un marcado contenido político o de denuncia que versaban sobre injusticias o problemáticas sociales. Pero tal vez conviene revisar y transformar muchos de los aspectos de la ética de producción y creación artística que se vienen desarrollando de forma tradicional, de la misma manera que lo están haciendo la educación, la psicología, la agricultura o los movimientos sociales. Y preguntarnos: ¿Qué efecto real tiene el teatro sobre la comunidad a la que pertenece? ¿Creamos obras sobre colectivos en riesgo o las creamos con ellos? ¿No estaremos reproduciendo en una creación teatral los mecanismos y actitudes que estamos denunciando del sistema capitalista y patriarcal? Para nosotros lo realmente problemático es pensar que los artistas sabemos algo que la gente no sabe, que tenemos un don que nos permite provocar experiencias reveladoras en los espectadores. El nuevo cambio de paradigma que estamos viviendo exige nuevas formas de creación, de producción y de relación con los espectadores y ciudadanía. Como decía Augusto Boal: “¡Todos los seres humanos somos artistas!” Todos somos, y debemos ser, actores protagonistas de nuestras vidas y de la construcción de lo común. Y el teatro nos brinda esa maravillosa posibilidad de crear una realidad diferente de forma colectiva. Así pues, abandonemos la vieja idea de que el público debe observar el teatro, ofrezcámosle el Teatro para disfrutarlo, juntas, con él.

Para nosotras Teatro Social es cruzar las puertas de los viejos teatros y salir a la calle con él. Entrar en las casas, los institutos y universidades, las comunidades de vecinas, las cárceles, los espacios para hacer política, los centros terapéuticos, parques y plazas… y ¿por qué no? En los mismísimos teatros. Teatro Social es ver el proceso de creación artística como algo más que un medio, es verlo como un tiempo precioso para indagar en nosotras mismas y en todos aquellos aspectos que deseamos transformar de nuestra comunidad. Teatro Social es democratizar el uso del teatro, llamar a todas las personas artistas y verlas como verdaderos motores de su propio cambio.

¿Lo quieres hacer con nosotras?